ADELGAZA PARA SIEMPRE: DE FORMA FÁCIL, SALUDABLE Y DEFINITIVA, Ángela Quintas, 2017
Hola Persona Humana!
Seguramente habrás visto titulares como “¡Pierde 5 kilos en 10 días!”, “Elimina la grasa abdominal con este truco milagroso” o “¡Baja tres tallas de ropa en un mes!”. Es difícil no sucumbir a estos mensajes tan atractivos de las dietas extremas, pero hay que ser cautelosos. Seguramente sean dietas «MILAGRO» que no son sostenibles y, en el peor de los casos, podrían poner en riesgo tu salud. Por eso, en este artículo analizaremos las dietas para perder peso rápido, por qué son perjudiciales y cómo perder peso de forma segura.
¿Qué es perder peso rápido?
Cualquier dieta que prometa ayudarte a perder mucho peso en poco tiempo puede considerarse una dieta para perder peso rápido.
Los estudios demuestran que perder peso a un ritmo de entre 0,5 y 1 kg por semana no sólo es seguro para el organismo, sino que además es mucho más fácil de mantener a largo plazo.
En cambio, perder 2 kg o más por semana se considera un ritmo demasiado rápido y podría ser realmente peligroso a largo plazo.
Las dietas hipocalóricas extremas se basan en el método del equilibrio calórico o balance energético para perder peso, pero a un nivel demasiado restrictivo.
BE= ingesta calórica (IC) – gasto calórico (GC).
Es decir: el peso depende del equilibrio entre las calorías que entran (con la comida) y las que salen (con la actividad física).
Así, se engorda porque se ingresan más calorías que las que se queman. Esto es así a nivel teórico global.
De manera que estas dietas proponen comer muchas menos calorías de las que se gastan para asegurar la pérdida de peso.
Pero, ¿qué sucede?
Que cualquier ingesta de calorías inferior a 1.200 kcal al día puede considerarse una dieta hipocalórica extrema y mantenerla de forma prolongada en el tiempo puede llevar a la pérdida de peso rápida, pero también puede hacer que el cuerpo no reciba los macronutrientes (proteínas, carbohidratos, grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales) que necesita, además de otros riesgos.
Una dieta muy baja en calorías sólo debe seguirse bajo prescripción y supervisión médica durante un periodo muy corto de tiempo, para poder controlar la respuesta del organismo y para un objetivo muy contreto.
La dieta del hambre es una forma extrema de restringir las calorías que se basa en consumir sólo agua con algunos otros ingredientes. No existe una poción mágica para perder peso, independientemente del tipo de vinagre, cítricos o especias que añadas al agua. Si no consumes las suficientes calorías, no tendrás energía para hacer nada que pueda ayudarte a perder peso.
La dieta de limpieza es otro tipo de dieta que promete perder peso rápido consumiendo sólo bebidas como zumos, batidos o tés. Este tipo de dietas puede llevar a una rápida pérdida de peso de agua, pero no suelen ser nutricionalmente adecuadas para mejorar la salud a largo plazo.
Aunque afirman que los zumos ayudan a “limpiar y reajustar el cuerpo”, nuestro cuerpo sólo puede absorber una cantidad limitada de vitaminas y minerales al día, la mayoría de los cuales se eliminan rápidamente del organismo. La mejor forma de limpiar el organismo es seguir una dieta variada y saludable. Los riñones y el hígado se encargan de la limpieza que el cuerpo necesita.
¿Es seguro perder peso rápido?
Podrás identificar algunas de estas dietas extremas porque justifican la exclusión de grupos de alimentos, los demonizan. Por ejemplo leerás que la fruta tiene demasiado azúcar o que las grasas engordan, pero ni los carbohidratos ni las grasas son el problema por sí solos.
Puede que seguir alguna de estas dietas milagro durante unos días no te cause daños los primeros días, pero puede ocasionar graves riesgos para la salud a largo plazo. Sin una alimentación adecuada, no podrás hacer ejercicio e incluso puede que te cueste concentrarte o hacer tus tareas diarias.
Se ha demostrado que perder peso rápido provoca varias complicaciones médicas que requieren tratamiento, como los cálculos biliares o la sarcopenia (pérdida de masa muscular).
La pérdida de peso extrema puede provocar deshidratación, desequilibrios electrolíticos y problemas de control del azúcar en sangre. Además, puede que te sientas débil, irritable y que te cueste conciliar el sueño.
Sin contar con el efecto rebote que te provocará una vez la abandones, ya que tu cerebro va a dar la orden de ralentizar el metabolismo pensando que vives en una época de escasez de alimentos. Se volverá «ahorrador», de modo que cuando vuelvas a consumir tus calorías habituales, almacenará más recursos «por si a caso» y engordarás más de lo que perdiste.
¿Cómo perder peso de forma segura?
El único “truco” para perder peso es llevar un estilo de vida saludable controlando las raciones de tus comidas y haciendo ejercicio para conseguir un balance calórico negativo.
Las calorías son una medida de la energía, y los carbohidratos, las proteínas y las grasas son los macronutrientes que aportan calorías que sirven de combustible para el cuerpo. Las vitaminas y los minerales son micronutrientes que también son importantes para la salud.
El cuerpo ya quema una buena cantidad de calorías simplemente para mantenerse con vida, pero la creación de músculo es la clave para quemar más calorías de las que consumimos. Así, con el ejercicio aumentarás tu masa muscular, y con ella el metabolismo y el gasto calórico basal.
Puesto que todos los macronutrientes desempeñan un papel importante en el funcionamiento de nuestro organismo, no hay que fiarse de las dietas que eliminan grupos enteros de alimentos (como las grasas o los carbohidratos) o que son muy restrictivas.
La prescripción de una pauta alimentaria ha de ser individualizada, requiere un estudio completo de la persona, teniendo en cuenta sus características particulares (horarios, estilo de vida, edad, sexo, actividad, patologías de base, alergias, intolerancias, gustos, costumbres…). Sin todo ello, es arriesgado lanzarse a una dieta demasiado estricta.
Si queremos perder peso de manera saludable y no volver a recuperarlo, debemos cambiar nuestros hábitos de alimentación y estilo de vida. Seguramente no veamos resultados tan rápidos como con las dietas milagro, pero a largo plazo habremos establecido una rutina saludable que se mantendrá en el tiempo y no estaremos poniendo en peligro nuestra salud.
El objetivo es aprender a comer de forma saludable y equilibrada, eliminando mitos de tu vida y entendiendo lo que se hace y por qué se hace.
Por supuesto esto pasa por controlar el azúcar refinado, los postres y dulces, las bebidas azucaradas, las chucherías y caramelos y basando tu alimentación en comida real.
Cómo calcular un déficit calórico
Se necesita un déficit de unas 500 calorías al día para perder aproximadamente medio kilo a la semana. Este déficit de 500 calorías se puede conseguir simplemente comiendo un poco menos y moviéndose más. Si ya eres una persona muy activa, quizá debas centrarte más en la ingesta de calorías. Pero, si tu ingesta de calorías ya está lo suficientemente ajustada, puede que tengas que esforzarte más con el ejercicio para perder peso. Normalmente, la mayoría de personas necesita un ajuste tanto de la dieta como del ejercicio.
Se ha demostrado que perder peso a un ritmo de entre 0,5 y 1 kg por semana es seguro y más fácil de mantener a largo plazo. Si no sabes por dónde empezar, puedes consultar un profesional dietista-nutricionista actualizado.
Conclusión
Los titulares que prometen ayudar a perder peso rápido son muy cautivadores, pero normalmente suelen ser demasiado bonitos para ser verdad. Las dietas extremas pueden ser peligrosas y pueden poner en peligro los buenos hábitos alimenticios. Lo más importante para perder peso de forma saludable y efectiva es encontrar el equilibrio entre la dieta y el ejercicio.
Así que, si quieres perder peso, mantén un déficit calórico, aumenta tu actividad física siempre que puedas y aprende nuevas recetas saludables.