COMPRENDER LAS ENFERMEDADES DE HÍGADO Y PÁNCREAS, J. Mones Xiol, 2010
El hígado es un órgano grande y pesado que se encuentra en la parte superior derecha del abdomen, debajo del diafragma. Tiene una forma irregular y se asemeja a una cuña con un borde afilado. El hígado está cubierto por una capa delgada de tejido conectivo y está rodeado por una cápsula fibrosa que lo protege.
El hígado está compuesto por varias células hepáticas, llamadas hepatocitos, que se organizan en estructuras llamadas lóbulos hepáticos. Cada lóbulo está formado por numerosos hepatocitos que se organizan en láminas o placas.
En cuanto a su estructura, tiene dos lóbulos principales, el lóbulo derecho y el lóbulo izquierdo, separados por el ligamento falciforme, que contiene los vasos sanguíneos y los conductos biliares que entran y salen del hígado. Además, el hígado tiene cuatro lóbulos menores, llamados cuadrantes, que son la base para la segmentación quirúrgica del hígado.
El hígado también es capaz de regenerarse y recuperar su función incluso después de una lesión significativa.
En resumen, el hígado es un órgano complejo, multifuncional y vital para el mantenimiento de la salud y el bienestar general del cuerpo humano.
A continuación, se enumeran algunas de las principales funciones del hígado:
- Síntesis de proteínas plasmáticas: alrededor de 70 a 80% de las proteínas plasmáticas son sintetizadas en el hígado, entre las que se incluyen albúmina, fibrinógeno, transferrina y globulina.
- Desintoxicación: elimina toxinas del cuerpo en tres fases. Cuando hablamos de toxinas, no sólo hablamos tóxicos externos evidentes como drogas, productos químicos o contaminantes, también incluimos medicamentos, alcohol, hormonas sobrantes y tóxicos internos.
- Metabolismo de lípidos: el hígado ayuda a controlar los niveles de lípidos en la sangre, como el colesterol y los triglicéridos, distribuyéndolos por los diferentes órganos del cuerpo.
- Almacenamiento de nutrientes: el hígado almacena varios nutrientes, entre ellos se encuentran las vitaminas A, D, B9, B12. Además almacena hierro y participa en la transfromación del hierro en hemo (es el tipo de hierro que encontramos principalmente en la sangre y en los tejidos animales. Este tipo de hierro se absorbe con mayor facilidad que el hierro no-hemo, que es el que está de forma mayoritaria en los vegetales). También almacena glucógeno.
- Regulación de la glucosa en la sangre: el hígado actúa como reserva de glucosa (combustible) del cuerpo y ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre circulante. Como acabamos de mencionar, también almacena (y fabrica) glucosa dependiendo de la necesidad del cuerpo.
- Producción de bilis: el hígado produce la bilis, un líquido producido y secretado por el hígado y almacenado en la vesícula biliar. La bilis está involucrada en la digestión y ayuda a las enzimas a descomponer las grasas en ácidos grasos.
- Regulación de la coagulación: el fibrinógeno es una proteína del plasma sanguíneo producida por el hígado que desempeña un papel esencial en la coagulación de la sangre. Cuando se daña un vaso sanguíneo, el cuerpo forma un coágulo para detener el sangrado.
- Eliminación de bacterias y virus: el hígado ayuda a eliminar bacterias y virus del cuerpo a través del sistema del complemento, una red de proteínas cuya función directa es el reconocimiento y destrucción de los patógenos, cuando éstos invaden nuestro organismo.
Estas son solo algunas de las funciones más importantes del hígado, pero hay muchas otras. El hígado es un órgano vital y esencial para la salud y el bienestar general del cuerpo humano.
Recomendaciones para mejorar tu capacidad de desintoxicación
1) Evita toxinas
Minimiza la ingesta de alcohol, medicamentos (sólo los necesarios) y alimentos procesados ricos en azúcar, aceites vegetales etc.
Prioriza envases de vidrio y cerámica (evita reutilizar envases de plástico) y hazte con ollas y sartenes de acero inoxidable, vidrio o con revestimiento de cerámica para cocinar.
2) Para cuidar a tu hígado, mima a tu intestino
Las toxinas que ingerimos sólo representan un problema si atraviesan la pared intestinal porque ha perdido su impermeabilidad y entran al torrente sanguíneo. Para evitar esto, hay dos factores clave:
- Mantén una microbiota intestinal saludable y variada: tus bacterias participan en la defensa contra las toxinas, así que para ayudarlas es importante incluir en tu alimentación una combinación de probióticos (como alimentos fermentados) y prebióticos (como almidón resistente o fruta entera, que contiene fibra).
- Protege la integridad de la barrera intestinal, minimizando alimentos potencialmente dañinos, como el gluten, y priorizando alimentos reales, sin procesar. Una barrera intestinal dañada se asocia con mayor daño hepático.
3) Un empujoncito para el hígado
No hagas dietas detox, no tienen sentido. El hígado sólo necesita que le dejes trabajar. ¿Cómo? Dándole los alimentos adecuados y evitando que esté siempre trabajando porque consumes muchos tóxicos (alcohol, tabaco, fármacos, metales, ultraprocesados, etc).
Los alimentos ricos en sulfatos tienen un papel importante en la fase II de desintoxicación. Destacan ciertos vegetales, como brócoli,coliflor, coles, cebolla y ajo. También los huevos.
De entre los suplementos herbales para el hígado, el principal es el conocido cardo mariano, sin abusar de él, puedes tomarlo por épocas.
4) Ten en cuenta…
- La importancia del ayuno: el ayuno intermitente (16-24h sin comer) promueve la autofagia, nuestro sistema natural de reciclaje celular.
- Lo imprescindible que es la actividad física y sudor: el deporte es un «must» que mejora la circulación y todo el proceso de desintoxicación. De la mano de la actividad física viene el sudor, otra vía por la que eliminas toxinas (trabajo que le quitas al hígado).
Hola!!! muchas gracias por compartir esta información tan valiosa y sintetizada.
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Muchas gracias a ti, Lucía, por animarme a seguir compartiendo, un saludo
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