tus creencias crean tu realidad

CREENCIAS LIMITANTES, APRENDE A CAMBIARLAS, Dr. Jose Manuel Salgado, 2019

Hola Persona Humana!

EL ELEFANTE ENCADENADO, por Jorge Bucay

“Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante que, como más tarde supe, era también el animal preferido por otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un peso, un tamaño y una fuerza descomunales… Pero después de su actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y, aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir.

El misterio sigue pareciéndome evidente.

¿Qué lo sujeta entonces?

¿Por qué no huye?

Cuando tenía cinco o seis años, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces a un maestro, un padre o un tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: «Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?».

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo, olvidé el misterio del elefante y la estaca, y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho esa pregunta alguna vez. Hace algunos años, descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño. Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que, en aquel momento, el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imaginé que se dormía agotado y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro… Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa porque, pobre, cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza… Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos pensando que «no podemos» hacer montones de cosas, simplemente porque una vez, hace tiempo, cuando éramos pequeños o novatos, lo intentamos y no lo conseguimos. Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: No puedo, no puedo y nunca podré.

Hemos crecido llevando ese mensaje que nos impusimos a nosostros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca. Cuando, a veces, sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca y pensamos:

No puedo y nunca podré.”

Este cuento nos habla de esas experiencias que, lejos de enriquecernos, nos han bloqueado en el pasado haciéndonos ser no solo un poco más prudentes, sino menos seguros de nosotros mismos en el presente. A veces es nuestra educación, el legado de unos padres o incluso de una cultura la que nos ha puesto esos grilletes invisibles que nos impiden andar con libertad para avanzar por ese horizonte que de verdad deseamos para nosotros mismos.

Así, las creencias limitantes, que se formaron en algun momento de nuestra infancia, afectan ahora todo lo que hacemos. Nos comportaremos y reaccionaremos ante las diferentes situaciones tal como esas creencias nos dicten. Si se quiere tener éxito en el amor, económica o profesionalmente deben descubrirse estas crencias limitantes y transformarse en creencias empoderadoras que nos motiven y conduzcan a las metas deseadas.

El ciclo negativo de tus creencias funciona de la siguiente manera:

– Tú crees que no es posible, que no puedes o no te lo mereces

– Entonces no desarrollas tu potencial, no lo estudias, no lo practicas, no lo trabajas

– Ni siquiera actúas

– No consigues resultados

– Y vuelves a alimentar la creencia de que nos es posible todavía de forma más potente.

Ahora, ésta es la forma en la que funciona el ciclo positivo de creencias:

– Tú crees que es posible, que tú puedes y te lo mereces

– Por ello, te empeñas en desarrollar tu potencial plenamente convencido en esa dirección

– Emprendes acciones, creas momentum a partir de acciones masivas

– Y consigues resultados o feedback de mejora para ¡seguir adelante!

Todo se resume en que seremos capaces de hacer aquello que creamos que podemos hacer por el mero hecho de estar convencidos de que podemos.

Como dijo una vez Henry Ford: “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, en ambos casos tienes razón”.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.