EL FIN DEL ENVEJECIMIENTO, A. de Grey & M. Rae, 2019
No te ofendas, pero te estás haciendo viejo.
Es un hecho. No lo puedes controlar. Ni lo puedes evitar.
Y es una gran noticia. Si no te estás haciendo viejo, es que estás muerto. Como decía Mark Twain, «Envejecer es un privilegio negado a muchos«.
Ahora, hay gente de 40 que parece que tiene 60 y gente de 60 que parece que tiene 40.
¿Porque tienen una genética superior?
¿Porque han hecho un pacto con el diablo?
No.
La realidad es más sencilla: hay gente que se cuida y gente que no.
Cuando decimos cuidarnos, se despiertan en cada uno diferentes ideas, más o menos realistas.
Para muchos cuidarse es sufrir. Es algo que solo se puede hacer durante un periodo corto porque es un sacrificio.
Para otros es hacer la dieta de moda o «la operación bikini».
Cualquier intervención temporal (a no ser que se haga por una causa médica) tiene poco sentido y sus resultados serán, eso, temporales.
Cuidarse significa otra cosa. Cuidarse es un estilo de vida. Algo que, siguiendo algunas reglas básicas que la ciencia ha demostrado eficaces, se ajusta a tus gustos, a tus horarios, a ti.
Cuidarse es disfrutar del proceso y terminar convirtiéndolo en una forma de vivir.
La salud la conforman tres pilares básicos: el entrenamiento regular, la alimentación saludable y el descanso reparador.
Si los cuidas, «ellos te cuidarán a ti».
Por lo tanto, cuidarse significa mantener el funcionamiento y el rendimiento del cuerpo hasta el final de nuestros días.
Tenemos esa idea errónea según la cual «es normal que según vamos envejeciendo nos vayamos encontrando peor cada vez, tengamos más dolores, más enfermedades, más limitaciones físicas y mentales y que, algún día, seamos dependientes», como si fuera un proceso inexorable.
Esta idea es falsa. Sociedades ancestrales (por ejemplo los Baka en África, los Guarníes en América o los Jarawa en Asia), cuyos miembros tienen estilos de vida muy activos a cualquier edad, con nulo acceso a comida ultra-procesada y un estrecho contacto con su entorno, en el que viven integrados, conservan grandes niveles de salud física, emocional e intelectual hasta su muerte.
En las sociedades modernas, en las que sus miembros tienen un estilo de vida totalmente sedentario, con ingesta regular de productos comestibles pero que no se pueden considerar comida (refrescos, helados, bollería industrial, comida pre-cocinada, etc) y con altos niveles de estrés y de trastornos emocionales (ansiedad, depresión), no es de extrañar que nos duela todo, cada vez de forma más precoz, y que terminemos con enfermedades crónicas.
No quiero pacer catastrofista ni pesimista. Simplemente soy realista, sólo hay que mirar los datos de todas las organizaciones que velan por nuestra salud.
Según la OMS, el sedentarismo es uno de los principales factores de muerte prematura en todo el mundo dado que incrementa el riesgo de enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer o la diabetes.
Para tu cuerpo, para tu cabeza. Para tu salud en general. Para tu estado de ánimo. Para tus niveles de estrés. Para tu percepción de bienestar. Para tu sensación de control sobre lo que te pasa. Para revertir las sensaciones que te hacen pensar “me estoy haciendo viejo”.
Los hábitos saludables tienen efectos inmediatos. Si tienes un mal día, haz deporte y verás cómo mejoras. Ya hay intervenciones contra la depresión que incluyen rutinas deportivas complementando los tratamientos médicos.
Sin hablar de los enormes beneficios que tiene el ejercicio a 10 ó 20 años. Tenemos mentalidad cortoplacista y queremos resultados inmediatos, pero piensa en tu versión «más mayor».
Hacer algo, por poco que sea, siempre será mejor que no hacer nada.
Dos sentadilla al día serán 730 sentadillas al año. Un paseo de 15 minutos al día serán 228 horas andando al año. Y dos entrenamientos a la semana de 30 minutos serán más de 900 horas de HIIT, fuerza o LISS (lo que más te guste) al cabo del año.
De aquí un año desearás haber empezado HOY.
Piénsalo.
Guuuuau Mar….. Te aplaudo. Me Encantan Tus comentarios.
Son Súper prácticos y Enriquecedores. No dejes Nunca de publicarlos.
Gracias por Todo.
Feliz fin de semana.
Juangui.
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Mil gracias! con lectores como tú, nunca dejaré de escribir. Saludos cordiales!
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