el paradigma de la abundancia

MONEY ISN’T THE PROBLEM, YOU ARE, Gary Douglas and Dain Heer, 2012

Con sus enormes rascacielos, Dubai es sinónimo de riqueza y modernidad. Gobernada por el Sheikh Mohammed, y bajo el mando de su familia desde 1833, Dubai dejó de ser una ciudad seca en el desierto para convertirse en una de las metrópolis más ostentosas del mundo.

Pero quien ve todo ese esplendor no se imagina los sacrificios hechos por varias generaciones. Prueba de eso fue la respuesta del Sheikh al ser interrogado sobre el futuro de la ciudad: «Mi abuelo andaba en camello, mi padre andaba en camello, yo ando en Mercedes, mi hijo anda de Land Rover, y mi nieto va a andar de Land Rover, pero mi bisnieto volverá a andar en camello.»

El Sheikh probablemente entiende el sentido del proverbio oriental que dice: «Los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean tiempos fáciles. Los tiempos fáciles crean hombres débiles, los hombres débiles crean tiempos difíciles.”

A pesar de disfrutar de todo lo que el alma humana puede desear, el multimillonario comprende que fueron las dificultades de sus antepasados las que los hicieron exitosos. Sin embargo, también es plenamente consciente de que la comodidad y la falta de obstáculos de sus descendientes los harán blandos al punto de poner en peligro todas las conquistas de la familia.

La historia de la humanidad está condenada a este ciclo repetitivo. 

Todos los expertos coinciden en afirmar que los seres humanos gestionamos mejor la escasez que la abundancia.

Eso es asi porque en el paradigma de la escasez el problema es de recursos (lo que te convierte en una persona acostumbrada a lidiar con dificultades, capaz de soportar todo tipo de privaciones y seguir adelante, con objetivos para mejorar tus condiciones y con unos pasos para alcanzarlos. Recordemos que en ocasines extremas se pone en juego incluso la supervivencia), pero en el paradigma de la abundancia el problema pasa a ser de gestión (en nuestro mundo occidental actual, por ejemplo, la dificultad no es conseguir comida o un móvil, sino limitar su consumo, algo que no se nos está dando demasiado bien. Desperdiciamos comida y horas sin reparar en lo que cuesta conseguirlas. Somos caprichosos y comodones, exigenes y quejicas.).

Ahí dejo esta reflexión, espero que sirva!

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