WELCOMING THE UNWELCOME: WHOLEHEARTED LIVING, Pema Chödrön, 2019
Seguimos!
hola, hoy me apetece invitarte a reconocer tu conexión con otros, a apreciar las contribuciones de los demás en tu vida.
Esto es algo muy importante, que tiene grandes conexiones con la salud integral.
Evolucionamos en grupo. La ayuda mutua y la cooperación eran de gran importancia para la supervivencia humana, ya que aspectos clave como la seguridad o la caza dependían de una colaboración constante.
Por eso el cerebro aprendió a valorar la compañía de forma positiva y la soledad como una amenaza. Algunos experimentos demuestran que, literalmente, estar solo duele. Por eso aislar a las personas puede ser el peor de los castigos.
Los bebés necesitan, en la misma proporción, comida y cariño. Los niños y jóvenes crean su identidad gracias a la mirada del otro. Y los adultos se desarrollan plenamente cuando está con otras personas, aportando valor a la comunidad a la que pertenecen.
Vivir bien solo es un invento moderno. Podemos estar en casa sin hablar con nadie y aún así conseguir comida, entretenimiento, aseo, descanso seguro, y toda clase de recursos. Esto no siempre ha sido así, y nuestro cerebro aún no lo ha aprendido a interpretar así.
Por eso es tan importante no olvidar que, aunque creas que estás solo o sola, hay un montón de personas conectadas contigo de una forma u otra: el cartero que te trae tus paquetes de Amazon, el cocinero que prepara la comida para llevar que vas a comprar, el informático de tu trabajo que estará disponible cuando no te funcione el ordenador, el portero de tu edificio, el conductor de autobús que te lleva donde tú quieras cuando tú lo decidas, el barrendero de tu calle, el jardinero del parque de enfrente de tu casa, el panadero, el camarero que te sirve el café cada mañana, la cajera del supermercado donde sueles comprar…
Todas estas personas, son personas. Aunque cuando te cruces con ella no te hayas detenido a pensarlo. Son personas con una vida, con preocupaciones, con ilusiones, con miedos o frustraciones, con habilidades y destrezas, con planes, con familia, con amigos, con una casa, un coche o una bicicleta, unos gustos, unas preferencias, unas ideas, unos valores…
Por eso hoy te animo a que descubras a todas estas personas. A que descubras que no estás solo o sola, ni mucho menos.
Verlas te ayudará a conectar con la gratitud y, a través de ella, con la felicidad.
Prácticas Informales que puedes hacer para cultivar la apreciación por los demás:
- Descubre y siente la interdependencia. Busca oportunidades para realmente ver, apreciar y posiblemente agradecer a alguien cuyo rol haya pasado desapercibido para ti anteriormente. Nota si esto da lugar a que el sentido natural de conexión y gratitud emerja.
- Trata de realmente “ver” a las personas en su vida. Al menos una vez al día, nota a alguien que usualmente no “verías” y conecta con el hecho de que “Tal como yo, esta persona desea ser feliz, estar sana y estar libre del sufrimiento”.
- Busca una oportunidad para reinterpretar tu reacción a una situación/ interacción en la cual estés sintiendo o hayas sentido algo diferente a empatía (por ejemplo disgusto, irritación, lástima, envidia). Recuerda que “Simplemente al igual que yo, esta persona quiere ser feliz, amada y apreciada: al igual que yo esta persona desea estar saludable, segura y libre de sufrimiento.” Nota si esto da paso a que despierte en ti una mayor compasión.
- Piensa en algo que tengas en común con alguien que pueda ser difícil para ti, aunque sea una similitud pequeña (por ejemplo, a los dos nos gusta el chocolate o el fútbol).
Practica esto siempre que puedas o que te acuerdes y, poco a poco, conecta con esa sensación de humanidad compartida, que no es otra cosa que caer en la cuenta de que todos somos, en esencia, iguales.
Gracias por seguir ahí!