DARM MIT CHARME, Giulia Enders, 2015
Seguimos!
Hola, hablemos hoy sobre la importancia, ya conocida en el ámbito científico, del buen funcionamiento del aparato digestivo. No sólo para el bien de la digestión en sí, que también, sino para el bien de todo el organismo.
Lo primero que podemos advertir es que en los últimos años se han multiplicado por mil los papers y las publicaciones científicas que giran alrededor del sistema digestivo.
¿En qué procesos está implicado el sistema digestivo?
Para empezar, lógicamente, en la digestión: en el interior del sistema digestivo la comida es digerida gracias a la acción de jugos gástricos, enzimas y bacterias simbióticas residentes (microbiota).
Se rompen los componentes de los alimentos a sus formas más simples: las proteínas se descomponen en aminoácidos; los carbohidratos se descomponen en monosacáridos y los lípidos se descomponen en ácidos grasos, entre otros. Lo que no puede ser digerido por nuestro cuerpo se excreta como residuo.
Una sola capa de células altamente especializadas, llamadas enterocitos, es la encargada de absorber lo necesario y dejar fuera lo que debe ser excretado.

Estos enterocitos tienen pues dos funciones muy específicas:
- Transportar los nutrientes digeridos desde el lumen intestinal al interior del organismo.
- Impedir que se absorba cualquier otra cosa que no sean nutrientes.
Tras los enterocitos, encontramos 2 partes importantes del sistema digestivo:
- Las células inmunitarias residentes en el intestino, cuyo trabajo es proteger contra los agentes patógenos que podrían colarse accidentalmente a través o entre los enterocitos (aquí aparece el segundo proceso en que encontramos implicado al aparato digestivo: la inmunidad)
- Una red de vasos sanguíneos y vasos linfáticos que llevan los nutrientes digeridos a los tejidos de nuestro cuerpo que los necesitan. Los aminoácidos y monosacáridos son transportados a través de la sangre, mientras que los ácidos grasos son transportados a través del sistema linfático.
¿POR QUÉ ES TANIMPORTANTE PARA LA SALUD?
Como indicaba más arriba ya se sabe de manera feaciente que el aparato digestivo es mucho más que un tubo largo y arrugado que va desde la boca hasta el ano.
La superficie intestinal ocupa como mínimo unos 100 metros cuadrados. Esa superficie está plagada de bacterias, toxinas y productos de deshecho. Es comprensible que, dado que es una gran superficie a proteger, una parte importantísima de nuestra respuesta defensiva dependerá de cómo se encuentra nuestro intestino. En el momento en que se empiezan a “colar” sustancias tóxicas o bacterias, porque el epitelio intestinal ha perdido su integridad, se produce una activación del sistema inmune exagerada, que da lugar a una respuesta inmunitaria local, en un primer momento, y sistémica si el proceso se mantiene en el tiempo.
Debido a que la desregulación del sistema inmune se encuentra detrás de múltiples enfermedades, actualmente se ha relacionado los desórdenes del sistema digestivo con una amplia gama de enfermedades como: síndrome del intestino irritable, la diabetes tipo 2, la obesidad, la artritis reumatoide, la depresión, el párkinson, la tiroiditis o el síndrome de fatiga crónica.
Espero que te sea de utilidad.
Gracias por seguir ahí!