MEJOR HECHO QUE PERFECTO, Bruno Vidal, 2020

Seguimos!

Hola lector o lectora consciente! Me encanta compartir parábolas, fábulas y todo tipo de historias que, creo, conectan con nuestro niño interior y nos ayudan a entender mejor la vida.

Es por eso que aquí te dejo otra de esos cuentos maravillosos, para que reflexionemos alrededor de su mensaje:

Un zorro y un conejo disfrutaban de un agua refrescante en un bar. La conversación les llevó a hablar de su enemigo común, los perros de caza.

El zorro dijo que no estaba muy preocupado, porque era muy inteligente y tenía muchas opciones en mente para escapar.

Le dijo al conejo: «si vienen los perros; podría correr al ático y esconderme. O correr hasta el arroyo más cercano y huir a través de él para confundir a los perros.

O podría correr alrededor del bar en círculos, luego trepar a un árbol y ver a los perros chocar entre sí»…

Estaba seguro de que podía ganar a los perros por ser más astuto que ellos.

Por su parte, el conejo admitió humildemente que solo tenía una idea de lo que podría hacer: ¡correr como un conejo asustado!

Mientras decía esas palabras, se escucharon los ladridos de los perros, que estaban ya en la puerta del bar.

Fiel a su palabra, el conejo saltó por la puerta trasera y corrió hacia el bosque.

El zorro vaciló mientras consideraba cuál de sus muchas opciones podría ser la mejor: el ático, el arroyo, el árbol…

Mientras debatía sobre qué decisión tomar, los perros irrumpieron por la puerta.

Y se lo comieron.

FIN

¿Qué nos cuenta esta historia? Según mi opinión, nos habla del mundo actual, donde tenemos mucha, demasiada información sobre cualquier tema. No sólo sobre temas, digamos, abstractos, sino también sobre toda opción vital: qué comer, qué estudiar, dónde vivir, qué marca de esto o de lo otro comprar, a qué actividad apuntarme, qué autor leer, etc…

Eso es positivo, por supuesto, nos abre a todo un mundo de posibilidades, pero tiene también su lado oscuro: la sobre-información lleva a lo que se llama «parálisis por análisis».

Así, cuando llega el momento de realmente decidir y pasar a la acción, nos bloqueamos por no saber qué hacer ante tantas opciones a priori válidas.

En mi opinión, lo mejor es ir descartando desde el inicio la mayoría de opciones, hasta quedarnos con dos o tres, que nos facilitarán (no complicarán) la toma de decisiones.

¿Tú qué opinas?

Gracias por seguir ahí!

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